lunes, 30 de agosto de 2010

TABAQUISMO, EPIDEMIA QUE PUEDE SER CONTROLADA

Estudios demuestran que el número de personas que mueren cada año a causa del tabaco se duplicará en los próximos decenios a menos que se adopten medidas urgentes. Para hacerle frente a la epidemia de tabaquismo, el pronóstico dependerá de que los países adopten medidas eficaces para proteger a sus poblaciones de esta epidemia, asegura la Organización Mundial de la Salud.

El consumo de tabaco constituye un factor de riesgo de seis de las ocho principales causas de mortalidad en el mundo. Fumar tabaco produce cáncer de pulmón, laringe, riñón, vejiga, estómago, colon, cavidad bucal y esófago, así como leucemia, bronquitis crónica, problemas pulmonares de índole obstructiva crónica,  cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, aborto espontáneo y parto prematuro, defectos de nacimiento e infertilidad, entre otras enfermedades.

Estos males causan al ser humano sufrimiento y pérdida de muchos años de vida productiva. También produce perjuicios económicos a las familias, reducción de la productividad y aumento de los costos de la asistencia sanitaria.

La OMS asegura que existen estrategias de eficacia demostrada para reducir el consumo del cigarrillo. Puede resultar difícil aplicar medidas en pro de los ambientes libres de humo en restaurantes, bares, clubes y casinos. Sin embargo, la experiencia de un número cada vez mayor de países demuestran que es posible promulgar y hacer cumplir prohibiciones eficaces en dichos establecimientos, la población lo acepta, no perjudica la actividad económica de estos establecimientos y mejora la salud, argumentan.

En países de ingresos elevados se ha demostrado que los lugares públicos y de trabajo libres de humo reducen el consumo de tabaco en un 3 a 4%. Los fumadores que trabajan en espacios libres de humo tienen más del doble de probabilidades de dejar el tabaco, que los que trabajan en lugares donde se permite fumar.

En la actualidad, a nivel mundial, más de 1000 millones de personas, aproximadamente la cuarta parte de los adultos fuman tabaco, y el consumo de éste mata a más de cinco millones de personas por año.

Si las tendencias actuales siguen su curso, para el 2030 los casos fatales por consumo de tabaco podrían incrementarse en gran manera. Se calcula que para finales de este siglo, unos 1000 millones de personas podrían fallecer a consecuencia de este vicio. Estas defunciones se producirán en países de ingresos bajos y medianos.

La Organización argumenta que si las medidas para el control del tabaco son decisivas, se podrá hacerle frente a esta epidemia, y en consecuencia salvar millones de vidas.

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